lunes, 29 de agosto de 2011

¿Estado Social y Democrático de Derecho?

Pues va a ser que no.

A grandes zancadas, de siete leguas incluso, están llevando a cabo la demolición persistente y exhaustiva de aquello que pomposamente define nuestra Constitución como España: "Estado Social y Democrático de Derecho".


Ya no somos Estado: mandan los mercados, la foca de la Merkel y el enano de Sarkozy.

Dejamos en breve de ser social: el que no sea ultraliberal, papaflauta o neocom, no tendrá acceso ni a la educación, ni a la asistencia sanitaria, ni a ná. Vales lo que ganas. Si tienes plata, vives, sino la tienes, no mereces vivir.

De democrático, ni estuvo, ni está, ni se le espera. Para muestra el botón de hacer una reforma constitucional, de tapadillo, de prisa y corriendo, a tres meses de unas elecciones, arrogándose una representatividad de la que carecen, y pretextando que no es necesario un referendum, porque ¿tal vez tiene los políticos miedo a que no aprobemos lo que sus sesudas neuronas han pergeñado?

De Derecho: pura entelequia, que alguna vez nos creímos, y que honradamente, al día de hoy, ante tal bazofia humana, debo confesar que mas bien confío en el Kalashnikov y en la Goma Dos.

Estas reflexiones me salen de la viscera, de la bilis, de la repugnancia, del hastío, de la mala leche, de.... y desde luego, ni son, ni lo pretenden ser, "políticamente correctas", puesto que los políticos pasan de la corrección.

Esto mismo, Mucho mas elaborado, mejor expresado, y, desde luego contundentemente expuesto, es lo que el insigne pensador Don José Luis Sampedro, manifiesta en la carta que hoy dirige a ese bípedo silvestre que tenemos en La Moncloa, y demás politicuchos, que teneis aquí cuya lectura os recomiendo fervientemente.

Edito.- Parece ser que la citada carta no es de de José Luis Sampedro, como en un principio se difundió, sino que ha sido elaborada por "Democracia Real Ya". La carta, que no por ello deja de tener su interés y su oportunidad, tiene como esquema referente la famosa carta, "J'accuse", (yo acuso), que el escritor francés, Emile Zola, le envió al Presidente de la República Francesa con ocasion del "Caso Dreyffus", extremo ejemplo del retorcimiento del derecho en aras de lo que antaño se llamaba "Razón de Estado" y hogaño, me temo que "Razón de Mercado". Los paralelismos son acertados, y SÍ, YO TAMBIÉN ACUSO.

5 comentarios:

  1. Querido Abuelo: La alusión al "Kalasnikov" y a la "Goma Dos" sobra por completo. Sería bueno que rectificaras. No se trata de "corrección" o "incorrección política". Somos juristas. En todo debate jurídico, económico o constitucional es sano debatir, discutir, disentir... pero siempre con la razón, con argumentos, con palabras, nunca con violencia (ni siquiera sugerida o "añorada"). Eso es, para mí, la verdadera DEMOCRACIA REAL. Blas de Otero: "Escribo/ en defensa del reino/ del hombre y su justicia. Pido/
    la paz y la palabra. He dicho/ «silencio»,/ «sombra»,/ «vacío»/ etcétera./ Digo/ «del hombre y su justicia»,/ «océano pacífico»,/ lo que me dejan./ Pido/ la paz y la palabra."

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  2. Cierto que rectificar es de sabios, pero rectificaré cuando los que la han liado rectifiquen, no antes. Efectivamente era jurista, hoy tengo mis dudas, pero cada vez tengo más claro, desgraciadamente, que el derecho hoy, no es un mecanismo de defensa de los derechos de los ciudadanos, sino un arma más, un instrumento, de sojuzgación, que los poderosos, aplican ya, sin recato, ni mesura, contra la totalidad de la especie humana.
    Lo siento pero yo no soy partidario de poner la otra mejilla, máxime cuando me están haciendo trampas cada día, sino de devolver los golpes incrementados, y donde más les duela.
    Es más como alguien dijo, y no recuerdo quien, tristemente, cada vez más, "La razón está en la fuerza", y es lo que hay.

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  3. Querido Abuelo, intento traducir el sentimiento personal e intransferible que te causa la actual situación y tu desacuerdo con las medidas politicas actuales, y lo intento traducir porque quiero creer que muchas de las frases de tu artículo, han sido escritas producto del ofuscamiento y del cabreo descontralado, no del razonamiento que se debe exigir a un jurista, conocedor de las leyes e instrumento por su profesión de la defensa de la legalidad, y de la justicia.

    Hablar de violencia en este foro, resulta a mi juicio inadmisible, porque este foro, surge con la vocación del debalte, de la critica libre y fundada, de aunar esfuerzos por la mejora de la profesión y por la mejora de la sociedad en la que vivimos, por rescatar la ilusión de que las cosas pueden mejorar, en fin porque ademas de comer de la profesión, ésta tiene una vertiente social que no podemos aparcar y ello nos da un plus de responsabilidad. Desde luego, no es un foro de exabruptos, ni de defensa de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, no siquiera metaforicamente.
    La libertad de pensar, de hablar y de actuar tiene unos limites, y con tú artículo, estimado abuelo, creo que los has traspasado.

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  4. Para Anónimo: Deduzco que me conoces, porque me tratas con familiaridad, pero aquel que se esconde bajo el anónimato, no merece la pena que te conteste, no obstante contigo haré una única excepción.

    Yo no he hablado de violencia, ni he defendido la violencia en cualquiera de sus manifestaciones como afirmas; y si te hubieras molestado en leerlo, hubieras advertido, que esas reflexiones me salen de la viscera, de la bilis, de la repugnancia, del hastío, de la mala leche, etc..., y como tal fueron escritas, y como tal se mantienen aunque a tí no te gusten.

    Para violento, lo que han hecho, pero parece ser, y lo deduzco de tus expresiones, que estás de acuerdo con ello. Acaban de cambiar las reglas del juego en plena partida, eso es hacer trampas, pero a tí eso te parece bien. No sé quien será más violento.

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  5. Abuelo, siguiendo por la senda del debate tranquilo y sosegado, me permito hacer dos puntualizaciones a lo por tí dicho:

    1ª)"Para violento, lo que han hecho". No estoy de acuerdo. No se puede calificar de "antidemocrática", y mucho menos de "violenta", una reforma constitucional aprobada respetando escrupulosamente lo previsto en el artículo 167.1 CE (mayoría de 3/5 de cada una de las Cámaras). Hay que recordar que -nos guste o no- vivimos en una DEMOCRACIA PARLAMENTARIA en la que las Cortes Generales "representan al pueblo español" (art. 66.1 CE). Y dichas Cortes -al menos el Congreso de los Diputados, de momento- han aprobado la reforma con 318 votos sobre un total de 350 (90,85%). La "democracia directa" que algunos defienden -que todo se resuelva por consulta popular- puede valer para algún cantón suizo pero es claramente inviable en un país como el nuestro con casi 50 millones de habitantes. Y respecto al referendum previsto en el artículo 167.3 CE, nadie lo impide ni lo prohibe. Se podría celebrar si lo pidieran el 10% de Diputados o Senadores. ¿Entonces qué es lo que pasa?. Pues lo de siempre: que sus partidarios no llegan a la cifra necesaria de 35 diputados o 21 senadores. ¡Vaya por Dios! ¡Maldita matemática parlamentaria!. De todas formas, parece que nadie ha caído en la cuenta de que el próximo 20 de Noviembre se va a celebrar "El Referendum de los Referenda": las Elecciones Generales, en las cuales el pueblo español tiene en su mano la posibilidad de castigar a PP y PSOE si considera injusta, violenta o antidemocrática la reforma constitucional aprobada, votando a otros partidos, o votando en blanco, o lo que quieran. Veremos lo que pasa, pero lo más probable es que PP y PSOE, en conjunto, vuelvan a aglutinar más del 90% de los votos emitidos. Así es la democracia que tenemos (en realidad, todas las democracias). Se podrán mejorar muchas cosas, no digo que no. Pero pretender a estas alturas de la película dinamitar sin más el sistema político y de convivencia que tantos siglos nos ha costado alcanzar a los españoles, me parece un sinsentido que nos llevaría nuevamente al desastre y al vacío que nos ha caracterizado como país en muchos momentos de nuestra Historia.

    2ª) "Acaban de cambiar las reglas del juego en plena partida, eso es hacer trampas". No es cierto. En realidad, la reforma constitucional aprobada no resulta tan "trascendente" como algunos quieren hacer ver. Nuestras reglas del juego, además de en la Constitución, están reflejadas en el Tratado de la Unión Europea a la que pertenecemos desde hace casi 30 años. Y lo que se hace con esta reforma es, simplemente, "constitucionalizar", trasponer a nuestro Ordenamiento interno, los principios de estabilidad presupuestaria y de limitación del déficit estructural acordados por todos los estados miembros en dicho Tratado y en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Y ello con el fin de "recordar" la necesidad de cumplimiento de dichos principios a todos los gobernantes de este país (estatales, autonómicos, locales) y dar confianza al resto de socios europeos con los que formamos Unión Monetaria. Ni más ni menos.

    En definitiva, no hagamos más demagogia. Si queremos mantener nuestro "Estado del Bienestar", lo que toca es sanear las Cuentas Públicas, reducir el Déficit y conseguir financiación barata en los mercados. No queda otra. Las subidas de impuestos propugnadas por algunos, hace mucho que se demostraron ineficaces y contradictorias con el objetivo del crecimiento, llevando más bien a más fraude fiscal, reducción del consumo interno y, por consiguiente, más paro.

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